Comportamiento de la temperatura de la superficie ocular mediante termografía infrarroja en una población adulta sana

Resumen

Objetivo: Describir el comportamiento de la Temperatura de la Superficie Ocular (TSO) mediante imágenes de termografía infrarroja en una población adulta, sana. Metodología: Estudio observacional descriptivo de corte transversal. Se eligieron sujetos mayores de 18 años, considerados visual y sistémicamente sanos, luego de la realización de historia clínica y valoración oftalmológica completa. La temperatura, humedad y luminosidad ambientales fueron monitoreadas. Las imágenes fueron tomadas con la cámara OPTRIS PI-450. Se analizó la temperatura en 7 puntos de la superficie ocular. El análisis de los datos se llevó a cabo a través del programa IBM SPSS Statistics 21. Resultados: Se incluyeron 43 ojos de 22 sujetos que cumplían los criterios de inclusión; el 74% eran mujeres. La mediana de la edad de la muestra estudiada fue de 31 años (Q1 28 – Q3 36 años). La mediana de la temperatura corporal fue de 36.40 °C (Q1 36,30ºC – Q3 36.50ºC). La córnea central mostró una mediana de temperatura de 33.78 °C (Q1 33,17ºC – Q3 34.68ºC), el limbo superior presentó una mediana de temperatura de 34,22°C (Q1 33,48ºC – Q3 34.66ºC), en el limbo inferior se encontró una mediana de temperatura de 33.88°C (Q1 33,24 ºC – Q3 34.92ºC), el limbo nasal tuvo una mediana de temperatura de 34.42° C (Q1 33,90ºC – Q3 35.18ºC), el limbo temporal presentó una mediana de temperatura de 33.90 °C (Q1 33,54ºC – Q3 35.53ºC), la conjuntiva nasal presentó una mediana de temperatura de 35.10 ° C (Q1 34.54–Q3 35.53), la conjuntiva temporal mostró una mediana de temperatura de 34.50 ° C (Q1 33.66–Q3 35.22). Conclusión: La termografía infrarroja puede ser un método reproducible para la medición de la TSO y representaría una herramienta diagnóstica no invasiva en patología ocular. La temperatura de la superficie ocular es menor en el centro de la córnea al compararla con los puntos conjuntivales nasal y temporal. La temperatura de la superficie ocular total es 2 grados menor que la temperatura corporal. Estudios analíticos comparativos son requeridos para establecer la utilidad de la termografía infrarroja como herramienta diagnóstica o de tamizaje en patologías oculares.